En un multitudinario cabildo abierto en Barranquilla, el presidente Gustavo Petro cumplió su promesa y señaló públicamente a los congresistas del Caribe que votaron en contra de su propuesta de consulta popular. Los acusó de traicionar a sus electores y llamó a la ciudadanía a recordarlo en las urnas. Ante una nutrida manifestación, el mandatario arremetió contra los senadores costeños que votaron contra su iniciativa de consulta popular, cuyo hundimiento en el Senado la semana pasada fue interpretado por el Ejecutivo como un golpe político. Petro mencionó uno a uno a los congresistas que “no le cumplieron al pueblo”. En la lista estuvieron Antonio Zabaraín (Cambio Radical) y Mauricio Gómez Amín (Partido Liberal). “Votó en contra de ustedes, en contra del pueblo del Atlántico”, dijo al referirse a Gómez Amín, y luego prosiguió con otros nombres como Carlos Meisel, Honorio Enríquez, Carlos Mauricio Farelo y Efraín Cepeda.“Estos senadores no votaron contra Petro. Petro los vence cada vez que hay una elección aquí. Votaron contra su propio electorado”, subrayó el jefe de Estado, instando a los presentes a discutir estas decisiones “en familia, en el barrio, en el sindicato, en las juntas de acción comunal”. El mandatario cuestionó al presidente del Senado, Efraín Cepeda (Partido Conservador), a quien acusó directamente de “hacer trampa” en la votación que frustró la iniciativa popular del Ejecutivo. “Él quiere ser presidente, alguien le dijo que Petro iba a caer y que entonces él sería presidente. Se ilusionó con eso y empezó a ‘mamarme gallo’, porque estaba ahí en la mesa de despacho diciéndome que me iba a ayudar”, aseguró Petro, visiblemente molesto. El discurso reflejó no solo el malestar del gobierno con el legislativo, sino también una estrategia política para reposicionar el progresismo de cara a los comicios de 2026. Si bien insistió en que no busca la reelección, dejó claro que sus batallas políticas continúan: “No estoy pidiendo que voten por Petro. No me sueño reelegido. No quiero volverme drogadicto del poder porque me volvería asesino. Eso no es para mí”. El presidente ha dejado claro que no se retirará del debate público ni dejará pasar por alto lo que considera un bloqueo sistemático a sus propuestas transformadoras. En Barranquilla, frente a un público receptivo, Petro inició lo que parece ser una nueva fase de movilización popular y confrontación directa con sus opositores, en la que buscará traducir los desacuerdos legislativos en un llamado a las urnas. “Solo se puede hacer una de dos: o cambiamos a Colombia o se nos desbarata”, concluyó ante la multitud.