En un cabildo abierto cargado de tensión política, el presidente Gustavo Petro expuso y criticó públicamente a los senadores que hundieron su consulta popular. Afirmó que el pueblo tiene derecho a revocar a sus representantes, respaldó la posibilidad de una huelga nacional indefinida y delegó la movilización social a una coordinadora popular. Su discurso, con tintes de ruptura institucional, marca un momento sin precedentes en la historia reciente de Colombia. En un escenario abarrotado de pueblo, en Barranquilla, el presidente Gustavo Petro protagonizó uno de los discursos más beligerantes de su mandato. Desde la tarima del primer cabildo abierto de su gira nacional, cumplió la advertencia que había hecho el 1 de Mayo, denunciar en público a los congresistas que votaron en contra de su propuesta de consulta popular. Uno a uno, expuso los nombres de los senadores costeños que “traicionaron al pueblo” al bloquear la posibilidad de que los ciudadanos decidieran sobre reformas clave como la laboral y la de salud. “Votaron contra ustedes, no contra Petro”, dijo el mandatario, en referencia a senadores como Efraín Cepeda, Antonio Zabaraín, Mauricio Gómez Amín, Carlos Meisel, Honorio Enríquez y Carlos Mauricio Farelo. “Solo se puede hacer una de dos: o cambiamos a Colombia, o Colombia se nos desbarata entre la sangre de nuestros hijos”, advirtió, entre aplausos de sus simpatizantes. Pero Petro no se detuvo ahí. Habló de “revolución”, delegó la conducción de la movilización popular a la Coordinadora Nacional de Movimientos Sociales y anunció que si el pueblo decide ir a una huelga indefinida, el gobierno no solo no la reprimirá, sino que la apoyará abiertamente. “El presidente no los atacará. El pueblo jamás será enemigo del presidente”, afirmó. Su discurso, lleno de referencias simbólicas y desafíos directos a la clase política, incluyó frases como: “No me sueño reelegido y no quiero volverme drogadicto del poder porque me volvería asesino”; “Haremos lo imposible. Colombia es capaz de hacerlo. No nos obliguen, no nos reten, no nos amenacen más”; “No va a haber más pobres vendiendo su voto en el Caribe colombiano. Se les acabó el jueguito”. También arremetió duramente contra Efraín Cepeda, presidente del Senado, a quien acusó de prevaricato y de haber hecho “trampa” en la votación. “¿Qué sacamos con elegir a Petro si al tiempo eligieron a Cepeda el malo?”, preguntó con ironía. En el evento, Petro también dio instrucciones sobre cómo deben movilizarse sus seguidores: “No se atacan vidrios, no se ataca a la Fuerza Pública. Se les da tinto, café, cariño y amor. No se bloquean alimentos ni ambulancias”. Con su mensaje final, Petro dejó claro que se abre una nueva etapa: “A partir de hoy el pueblo de Colombia se levanta. Que viva la Colombia potencia mundial de la vida. Que se acaben los cien años de soledad”.