Reflexión Ciudadana | Tumaco no es una finca

Por: Michael Quiñones Hay dirigentes que creen que Tumaco es una finca de su propiedad y pueden hacer lo que se les viene en gana! Primera equivocación, Tumaco se prepara para darle una bofetada a los corruptos, bandidos, disfrazados de ovejas pero en realidad son peor que el mismo COVID. La corrupción no permite que haya desarrollo, progreso, que no haya paz ni tranquilidad. La corrupción le quita oportunidades a los niños, adolescentes y jóvenes, en general a toda la ciudadanía; la corrupción es un cáncer el cual debemos extirpar, arrancar desde sus raíces para que nuestros pueblos vuelvan a florecer. Como es posible que no exista una política pública enfocada hacia la juventud en CULTURA, DEPORTE, en medio de tantas artes, costumbres y saberes. Cuando le quitamos las oportunidades de construir sueños a los niños que son el futuro del mundo, estamos creando una sociedad con desigualdad social, inequidad e injusticia social. No retrocedamos paisanos, amenos a nuestros hijos y amemos a nuestra tierra, a nuestro bello TUMACO.

Grupo armado condena el crimen Aureliano Araujo

El Frente Iván Ríos, de la Coordinadora Nacional – Ejército Bolivariano (CN-EB), emitió un comunicado público en el que rechaza el asesinato del dirigente indígena awa y sus escoltas, ocurrido en la vereda Cuaiquer Viejo, en el municipio de Ricaurte, Nariño. Luis Aureliano Araujo, reconocido líder indígena del pueblo awa y dirigente de la organización CAMAWARE, fue asesinado junto con dos de sus escoltas asignados por la Unidad Nacional de Protección (UNP), cuando se dirigía a su finca. La emboscada, que dejó consternada a la comunidad, fue condenada con contundencia por el Frente Iván Ríos del CN-EB, que calificó el crimen como una “vil acción de manos oscuras que no quieren la paz de la región”. En su pronunciamiento del 3 de junio, el grupo armado repudió lo ocurrido y expresó que este tipo de actos representa “una clara violación del derecho internacional, de los derechos humanos y demuestra el desprecio por la vida”. Además, exigieron a las autoridades competentes el esclarecimiento urgente de los hechos, al tiempo que extendieron su solidaridad a la familia de Araujo, a sus escoltas y a todo el pueblo awa, profundamente afectado por esta pérdida. El comunicado del CN-EB también señaló que, según su información, el asesinato estaría vinculado a una disputa interna por el control de la organización CAMAWARE, mencionando específicamente al líder indígena Miguel Caicedo como actor involucrado en esa lucha. Por ello, hicieron un llamado a la mesa de gobierno indígena, liderada por Armando Noboa, para reactivar la comisión de derechos humanos establecida en el marco de los diálogos con la CN-EB. La comunidad, afirman, debe levantar su voz y exigir justicia por este crimen que calificaron como parte de una “pelea fratricida” entre líderes, que amenaza con desestabilizar aún más una zona históricamente golpeada por la violencia. El asesinato de Araujo vuelve a poner en evidencia la situación de vulnerabilidad de los líderes sociales e indígenas en Colombia, así como los riesgos que enfrentan aún contando con esquemas de protección del estado.