Francia Márquez marca distancia de Petro

La vicepresidenta, tras su salida del Ministerio de Igualdad, se ha apartado del círculo de confianza del presidente y cuestiona públicamente al gobierno. Mientras tanto, impulsa su agenda en el Pacífico y empieza a perfilarse como figura política independiente. La relación entre el presidente Gustavo Petro y su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, atraviesa su punto más tenso desde que llegaron al poder en 2022. Lo que empezó como una discrepancia interna tras el primer consejo de ministros televisado, en febrero de este año, ha evolucionado hacia una ruptura de facto en la dinámica del alto gobierno. Márquez fue apartada del Ministerio de Igualdad y, desde entonces, se ha distanciado notoriamente del Ejecutivo y de su jefe político. El episodio que precipitó la fractura fue su intervención en ese consejo, en el que criticó las versiones sobre un supuesto chantaje de Armando Benedetti, figura cercana al presidente. Márquez desapareció de la Casa de Nariño y de los consejos de ministros, y comenzó un proceso de recuperación de su agenda política desde una vicepresidencia sin presupuesto ni estructura operativa sólida. No obstante, su discurso ha ganado fuerza, especialmente en sectores sociales y territoriales que ven en ella una voz disidente dentro del mismo gobierno. “Gobernar en un país que tiene un estado racial y con un gobierno que también práctica el racismo y el patriarcado no ha sido fácil”, aseguró esta semana en un foro sobre economía afro, donde además expuso los obstáculos que ha enfrentado para cumplir sus funciones. Denunció la falta de apoyo, de recursos y de garantías institucionales, afirmando que su gestión se ha sostenido gracias a la cooperación internacional. En contraste con el silencio entre ella y el presidente, Márquez ha fortalecido relaciones con varios ministros para avanzar en su misión de cerrar las brechas de desigualdad en el Pacífico. Ha liderado avances en la reglamentación de la ley 70 de 1993 —que lleva más de tres décadas esperando su implementación—, impulsado la entrega de títulos colectivos a comunidades afro y promovido una política integral para el desarrollo de la región. Márquez ha evitado comprometerse con las movilizaciones convocadas por Petro en defensa de la consulta popular, e incluso declaró que esta no sería necesaria si el Congreso se compromete con las reformas sociales. “He hecho un llamado al diálogo y a un acuerdo nacional”, subrayó, apartándose de la línea combativa del mandatario. A pesar del deterioro en la relación, Márquez ha continuado operando institucionalmente. Ha sostenido encuentros con entidades del Estado, incluidos ministerios y direcciones técnicas, para coordinar acciones en el Pacífico. En una reunión reciente con el ministro del Interior, Armando Benedetti, logró el compromiso de financiación para la consulta previa que permitirá avanzar en la reglamentación de la ley 70, sin mencionar en ningún momento la consulta popular del presidente.

Francia Márquez denuncia racismo y patriarcado dentro del Gobierno

La vicepresidenta afirmó que ha sido marginada de decisiones importantes y que ha enfrentado obstáculos estructurales para ejercer su cargo con autonomía y presupuesto. Durante la instalación del foro Impulsando la Justicia Económica de los Pueblos y las Personas Afrodescendientes en Cali, la vicepresidenta Francia Márquez lanzó duras críticas contra el propio Gobierno al que pertenece, denunciando prácticas de racismo y patriarcado dentro de la institucionalidad del Estado colombiano. Márquez aseguró que su gestión ha estado marcada por la exclusión y la falta de recursos, lo que ha limitado su capacidad de acción en los territorios.“No me han dejado gobernar. Cuando pensaba llevar la inversión a los territorios, el presidente tomó la decisión de separarme de ese ministerio y poner a otra persona”, afirmó Márquez, en alusión a su desvinculación de tareas ejecutivas con capacidad presupuestal. “No ha sido fácil mi tarea como vicepresidenta. No ha sido fácil gobernar un país que tiene un Estado racial, con un gobierno que también practica el racismo y el patriarcado”, agregó. La vicepresidenta también reveló que, ante la ausencia de recursos asignados directamente a su despacho, ha tenido que recurrir a alcaldes e incluso a la cooperación internacional para llevar a cabo sus actividades. “Lo que he podido lograr, lo he hecho en articulación con cooperación internacional que me ha apoyado fuertemente”, afirmó. Márquez criticó la negación sistemática del racismo en Colombia y dijo que cuando se habla del tema, muchas veces se desacredita a quienes lo denuncian. “Nos dicen que somos resentidos, que nos victimizamos, pero jamás hay una postura de reconocer el racismo”, señaló. Sus declaraciones reflejan una creciente tensión dentro del gobierno del presidente Gustavo Petro, al que ha acompañado como fórmula vicepresidencial desde el inicio del mandato. Las palabras de Márquez no solo evidencian una fractura interna, sino que también ponen sobre la mesa un debate urgente sobre la inclusión, la representación y la justicia racial en las estructuras de poder del país.