Espacio público y sostenibilidad

El espacio público no es solo un lugar de tránsito, es un bien común que expresa el modo en que convivimos, nos movemos y construimos ciudad. Hoy se libra una disputa que tensiona derechos fundamentales: la movilidad y el trabajo. Superar esta tensión requiere cambiar la narrativa del conflicto por una de colaboración, reconociendo que el espacio público también puede ser una plataforma para la generación de ingresos dignos y sostenibles, especialmente para quienes han sido excluidos del mercado laboral formal. La presencia de vendedores informales en el espacio público no debe verse únicamente como un problema a erradicar. En realidad, refleja una economía que deja a muchos al margen y que obliga a miles de personas a buscar en la informalidad su único medio de subsistencia. Esta realidad, es necesario re imaginarla, promoviendo una ciudad que facilite la inclusión económica y social. La clave está en construir un equilibrio entre el derecho al trabajo y el derecho a la movilidad. No se trata de permitir el desorden, sino de fomentar soluciones creativas y concertadas que transformen los espacios públicos en escenarios de productividad, convivencia y dignidad. Algunas propuestas viables Mercados regulados e itinerantes, instalados en plazas, parques y plazoletas, con reglas claras que garanticen el orden, la limpieza y el beneficio mutuo. Zonas específicas para comercio informal, bien ubicadas, seguras y diseñadas para no interferir con la movilidad o el uso recreativo. Programas de formalización y capacitación, que incluyen registros voluntarios, formación en gestión de negocios, acceso a créditos y rutas hacia la economía formal. Cooperativas de vendedores, que fortalezcan el trabajo colectivo, optimicen recursos y faciliten la interlocución con las autoridades. Espacios para el emprendimiento comunitario, con iniciativas culturales, artesanales y sociales que fortalecen la identidad y el tejido social. La ciudad puede ser un lugar de encuentro, no de exclusión. Integrar el derecho al trabajo en una visión urbana que priorice el bienestar colectivo es una responsabilidad ética y política. No se trata de imponer ni de expulsar, sino de dialogar, concertar y construir colectivamente. La ciudad gana cuando todos y todas tenemos un lugar digno en ella. Espacio público y sostenibilidad En medio de la incertidumbre que traen los cambios, Nariño Hoy emerge como un espacio colectivo que acompaña la expresión y acción … Nariño Hoy el otro medio En medio de la incertidumbre que traen los cambios, Nariño Hoy emerge como un espacio colectivo que acompaña la expresión y acción … El poder de la palabra, resistencias desde el sur Desde los márgenes de Colombia, donde las montañas del sur resguardan pueblos dignos y memorias silenciadas, miramos la creciente ofensiva … Desanclarse y rodearse A 15 meses de volver a barajar, el proyecto progresista en el gobierno necesita con urgencia desanclarse de las viejas lógicas de puestos y … El Congreso, un negocio disfrazado de democracia Por: Carlos Sánchez En Colombia, la democracia representativa ha sido secuestrada por una clase política tradicional que no representa los … Nariño en Asamblea Popular contra el bloqueo de los políticos a las reformas En un llamado a la organización desde las bases, comunidades de todo el departamento de Nariño están invitadas a una Asamblea General …

El poder de la palabra, resistencias desde el sur

Desde los márgenes de Colombia, donde las montañas del sur resguardan pueblos dignos y memorias silenciadas, miramos la creciente ofensiva mediática contra el gobierno del cambio. No se trata solo de una disputa entre corrientes políticas, sino de una embestida comunicacional que pone en juego la verdad, el derecho a la palabra y la posibilidad misma de imaginar un país distinto. La captura corporativa del periodismo por intereses económicos y oligárquicos posiciona agendas noticiosas con prioridades que no reflejan la realidad de nuestras comunidades. Ponen al país a debatir con furia las noticias de unos pocos manipuladores profesionales, mientras las voces de barrios, veredas y procesos comunitarios siguen sin micrófono, sin eco, sin espacio. Es por eso, medios comunitarios y ciudadanos, como Nariño Hoy, no son capricho ni romanticismo. Son una necesidad política y ética. Necesitamos medios que informen desde el territorio, que cuenten las luchas de los pueblos, de las juventudes que sueñan con construir futuro. Medios que no dependan del favor de las élites, ni que repitan el guion de quienes ven en el caos su negocio. La concentración mediática no es neutra. Opera como una forma de control cultural, de manipulación emocional, de borrar alternativas. Por eso, desde el sur de Colombia apostamos por una comunicación propia, haciendo resistencia. Resistimos a la mentira que se disfraza de análisis. Resistimos al olvido impuesto por quienes nunca nos nombran. Resistimos al cinismo de quienes niegan los avances sociales solo porque no les convienen. La palabra es poder. Y en tiempos de ofensiva mediática, defender el derecho a comunicar desde abajo es también defender el derecho a vivir con dignidad. Desde Nariño Hoy, la apuesta es: hablar, narrar, denunciar y proponer, con nuestras voces, nuestras cámaras, nuestros celulares, nuestros medios. No para competir con los grandes, sino para desobedecerlos con la verdad. El poder de la palabra, resistencias desde el sur A 15 meses de volver a barajar, el proyecto progresista en el gobierno necesita con urgencia desanclarse de las viejas lógicas de puestos y … Desanclarse y rodearse A 15 meses de volver a barajar, el proyecto progresista en el gobierno necesita con urgencia desanclarse de las viejas lógicas de puestos y … El Congreso, un negocio disfrazado de democracia Por: Carlos Sánchez En Colombia, la democracia representativa ha sido secuestrada por una clase política tradicional que no representa los … Nariño en Asamblea Popular contra el bloqueo de los políticos a las reformas En un llamado a la organización desde las bases, comunidades de todo el departamento de Nariño están invitadas a una Asamblea General … Asesinato de líder social en Cauca apunta a disidencias armadas Luis Alberto Peña, militante del Pacto Histórico y reconocido defensor comunitario en Miranda, fue asesinado el 1 de mayo mientras promovía … Universidad Nacional, disturbios, bloqueos y miles de usuarios afectados en Bogotá La institución evacuó su campus por seguridad tras la presencia de encapuchados y hechos vandálicos. TransMilenio suspendió estaciones y …

Desanclarse y rodearse

A 15 meses de volver a barajar, el proyecto progresista en el gobierno necesita con urgencia desanclarse de las viejas lógicas de puestos y contratos negociados con políticos. Si quiere intentar su promesa de cambio, no tiene otra salida que hacer realidad el tan invocado poder popular. De lo contrario, las buenas intenciones quedarán convertidas en simples discursos o, peor aún, en engaños disfrazados de pragmatismo. Hay una diferencia fundamental entre asumir la representación política que otorga el triunfo electoral con caer en el chantaje de sectores opositores que trafican con sus votos en secreto, vendiéndolos al mejor postor a cambio de cargos y contratos. El gobierno no puede seguir atrapado en esas prácticas que, aunque normalizadas, son corrosivas para cualquier intento de transformación auténtica. El reto es reorganizar a las fuerzas progresistas que aún creen en la justicia social, movilizarlas desde los territorios y reconstruir la conexión con las comunidades. El cambio no puede descansar en pactos de y con politiqueros, debe apoyarse en la participación del pueblo. No basta con aplaudir al líder en eventos premeditados, hay que respaldar el ejercicio del poder popular en los barrios y veredas, donde las comunidades debe hacerse sentir como presencia transformadora. Cuando una nueva fuerza política accede al gobierno, se abre un margen para revisar y corregir prácticas dañinas en la gestión pública. A pesar de una larga lista de componendas del gobierno con congresistas al peor estilo tradicional, que no deja duda de la habilidad de los negociantes de la política y la incoherencia del gobierno progresista, aún es tiempo de impulsar una ofensiva decidida contra la corrupción y acorralar a quienes han hecho del saqueo del Estado una práctica habitual, sin importar si son de este gobierno o de los anteriores. El momento exige firmeza, coherencia y valentía. Desanclarse es el primer paso. Rodearse de pueblo es la única salvación. Desanclarse y rodearse Por Johana Urbano Desde los márgenes de Colombia, donde las montañas del sur resguardan pueblos dignos y memorias silenciadas, miramos la … El poder de la palabra, resistencias desde el sur Por Johana Urbano Desde los márgenes de Colombia, donde las montañas del sur resguardan pueblos dignos y memorias silenciadas, miramos la … El Congreso, un negocio disfrazado de democracia Por: Carlos Sánchez En Colombia, la democracia representativa ha sido secuestrada por una clase política tradicional que no representa los … Nariño en Asamblea Popular contra el bloqueo de los políticos a las reformas En un llamado a la organización desde las bases, comunidades de todo el departamento de Nariño están invitadas a una Asamblea General … Asesinato de líder social en Cauca apunta a disidencias armadas Luis Alberto Peña, militante del Pacto Histórico y reconocido defensor comunitario en Miranda, fue asesinado el 1 de mayo mientras promovía … Universidad Nacional, disturbios, bloqueos y miles de usuarios afectados en Bogotá La institución evacuó su campus por seguridad tras la presencia de encapuchados y hechos vandálicos. TransMilenio suspendió estaciones y …

El Congreso, un negocio disfrazado de democracia

Por: Carlos Sánchez En Colombia, la democracia representativa ha sido secuestrada por una clase política tradicional que no representa los intereses del pueblo, sino los de su bolsillo. El Congreso de la República, que debería ser un espacio de deliberación ética y política al servicio del bienestar común, es un mercado de votos, favores y contratos, donde los principios son mercancía y la ideología, un disfraz desechable. No hay diferencia sustancial entre políticos cuando se trata de repartirse el botín del Estado. Las bancadas, muchas veces enfrentadas en el discurso, terminan aliadas tras bambalinas en el reparto de cuotas burocráticas, contratos públicos y beneficios legislativos que favorecen a los grandes intereses económicos y a sus propias redes clientelares. Las leyes que se aprueban, o se hunden, obedecen menos a un debate serio sobre sus implicaciones sociales y mucho más a la contabilidad del soborno: ¿cuánto se gana por votar sí, cuánto por votar no, o incluso por ausentarse? Este funcionamiento cínico del poder ha convertido al Congreso en un escenario de chantaje institucionalizado. El gobierno de turno —sea cual sea su color político— negocia con operadores políticos que controlan bloques parlamentarios como si fueran acciones en bolsa. Cada proyecto de ley es una oportunidad para negociar prebendas, cada reforma una puja por más poder, cada presupuesto una subasta. Mientras tanto, la población ve cómo se deterioran la educación pública, la salud, el trabajo digno y los derechos fundamentales. Pero para los congresistas tradicionales, eso no tiene importancia. Su clientela política no se alimenta de justicia social, sino de la pobreza que les garantiza dependencia, del asistencialismo que ellos administran como un botín, del desempleo que convierte cada contrato estatal en una herramienta de control. Colombia necesita una transformación profunda de su sistema político. No bastan reformas cosméticas ni ajustes normativos. Hace falta una regeneración ética de la política, una ruptura con las lógicas de la corrupción institucionalizada y una movilización ciudadana que deje de tolerar esta farsa disfrazada de democracia. Mientras el Congreso siga siendo el escenario donde se comercia el destino del país como si fuera un centro comercial, la soberanía popular seguirá siendo una mentira repetida en cada elección. La verdadera democracia está en otra parte, en las calles que se llenen de creatividad social, en los territorios que resisten y en las voces que ya no quieren ser representadas por quienes solo se representan a sí mismos. El Congreso, un negocio disfrazado de democracia En un llamado a la organización desde las bases, comunidades de todo el departamento de Nariño están invitadas a una Asamblea General … Nariño en Asamblea Popular contra el bloqueo de los políticos a las reformas En un llamado a la organización desde las bases, comunidades de todo el departamento de Nariño están invitadas a una Asamblea General … Asesinato de líder social en Cauca apunta a disidencias armadas Luis Alberto Peña, militante del Pacto Histórico y reconocido defensor comunitario en Miranda, fue asesinado el 1 de mayo mientras promovía … Universidad Nacional, disturbios, bloqueos y miles de usuarios afectados en Bogotá La institución evacuó su campus por seguridad tras la presencia de encapuchados y hechos vandálicos. TransMilenio suspendió estaciones y … Jornada Pedagógica-Sindical y VII Plénum Ampliado Extraordinario de Presidentes de SIMANA se realizó este viernes 16 de mayo en Pasto El magisterio nariñense se reunió este viernes 16 de mayo de 2025 en una importante Jornada Pedagógica-Sindical, convocada con el objetivo … Rechazo y solidaridad tras explosión en Pasto que dejó heridos a policías y bomberos Un nuevo hecho de violencia sacudió a la ciudad de Pasto en la madrugada de este viernes: varios integrantes del Cuerpo de Bomberos y de la …