Escrito por Es una de las figuras intelectuales más influyentes del pensamiento social latinoamericano en el siglo XX. Nacido el 14 de junio de 1894 en Moquegua, Perú, su vida estuvo marcada desde muy temprano por la adversidad. A los ocho años sufrió una enfermedad que lo dejó cojo de por vida, lo que no le impidió convertirse en un pensador autodidacta y un periodista comprometido con los cambios sociales de su país. Aunque no terminó la escuela formal, desde joven cultivó una profunda sensibilidad por las letras, la política y la justicia.
Inició su carrera periodística a los veinte años en el diario La Prensa de Lima, donde se destacó por su estilo combativo y reflexivo. En 1919 fundó el periódico La Razón, desde donde apoyó activamente la Reforma Universitaria y las luchas obreras, ganándose el respeto y también la persecución del poder político. Su defensa del movimiento popular lo llevó a fundar la Federación Obrera Regional Peruana, uno de los primeros intentos organizativos del proletariado en Perú.
Entre 1919 y 1923 viajó por Europa, especialmente por Italia, donde entró en contacto directo con el marxismo, el pensamiento de Gramsci y las consecuencias sociales de la posguerra. Este periodo fue determinante en la formación de su visión crítica, pues le permitió confrontar las ideas europeas con la realidad peruana, marcada por la opresión indígena y el atraso estructural. A su regreso a Lima, Mariátegui se dedicó a construir una interpretación marxista de la historia y la sociedad andina.
En 1926 fundó la revista Amauta, que se convirtió en el núcleo de una corriente de pensamiento que buscó adaptar el socialismo a la realidad latinoamericana, sin calcar modelos europeos. Sus ensayos, reunidos en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928), son un referente fundamental para el pensamiento crítico del continente.
Falleció joven, el 16 de abril de 1930, con apenas 35 años, dejando una obra breve pero inmensa. Mariátegui no solo introdujo el marxismo en América Latina, sino que lo reinventó desde nuestras raíces indígenas y realidades coloniales, convirtiéndose en un faro para generaciones de pensadores y luchadores sociales.