Escrito por Nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, es una de las figuras más emblemáticas y controvertidas del siglo XX. Su vida y legado trascienden fronteras, ideologías y generaciones. Aunque se formó como médico, su vocación fue profundamente política. Durante sus viajes por América Latina en su juventud, fue testigo de la miseria, la desigualdad y la explotación que vivían los pueblos del continente, experiencias que marcaron de forma irreversible su pensamiento y lo condujeron hacia el marxismo revolucionario.
El Che se unió en México al Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro, y participó activamente en la guerrilla de Sierra Maestra, que derrocó en 1959 al dictador Fulgencio Batista en Cuba. Su liderazgo, disciplina y valentía lo llevaron a ser el único extranjero en alcanzar el grado de Comandante dentro del Ejército Rebelde. Una vez triunfante la revolución, Guevara asumió importantes cargos en el nuevo gobierno cubano, entre ellos el de presidente del Banco Nacional y ministro de Industria, desde donde impulsó una visión de desarrollo autónomo, ético y socialista, aunque no exenta de tensiones y contradicciones.
Sin embargo, su espíritu internacionalista no le permitió acomodarse en las estructuras del poder. Convencido de que la revolución debía ser continental y que la lucha armada era el medio para emancipar a los pueblos del Tercer Mundo, partió primero al Congo y luego a Bolivia. Fue allí, en medio de una campaña guerrillera rodeada de dificultades, donde fue capturado el 8 de octubre de 1967. Un día después, el 9 de octubre, fue ejecutado extrajudicialmente por órdenes directas de la CIA, según constan documentos desclasificados del gobierno estadounidense.
Desde entonces, la figura del Che ha sido elevada a símbolo mundial de rebeldía, dignidad y resistencia ante la opresión. Más allá de los debates ideológicos, su imagen sigue siendo una bandera para quienes luchan por la justicia social, y su vida un llamado a la coherencia entre pensamiento y acción.