Las fuerzas israelíes reconocieron disparos en la zona del corredor Netzarim y anunciaron una investigación tras la muerte de decenas de civiles que buscaban alimentos. Ya son más de 55.000 los fallecidos desde el inicio del conflicto en octubre de 2023.
Al menos 57 personas murieron este miércoles 11 de junio en Gaza por disparos de tropas israelíes en un punto de distribución de alimentos, en las inmediaciones del corredor Netzarim, una zona altamente militarizada que divide la Franja. Según autoridades sanitarias locales, las víctimas acudían a uno de los centros de reparto a los que Israel obliga a desplazarse a la población civil, ante la ausencia de asistencia de Naciones Unidas.
El ejército israelí reconoció haber realizado “disparos de advertencia” contra personas que consideró sospechosas y que, según argumentan, representaban una amenaza para sus tropas. No obstante, en su comunicado oficial admitió que “hubo bajas” y confirmó la apertura de una investigación. Las autoridades de Gaza, bajo el control del movimiento Hamás, aseguran que la cifra de muertos en estos centros supera ya los 220 en los últimos días.
Los puntos de entrega de ayuda alimentaria, que operan sin supervisión internacional, se han convertido en lugares de alto riesgo. La llamada Fundación Humanitaria para Gaza, organización cuestionada por su vinculación con estructuras de control israelí y estadounidense, ha sido señalada por imponer condiciones inhumanas, incluida la custodia armada y recintos enjaulados, lo que ha generado el rechazo de la ONU y otras agencias humanitarias.
La violencia coincide con un agravamiento extremo de la crisis humanitaria en Gaza. Más de medio millón de personas están al borde de la hambruna, sin acceso sostenido a alimentos, medicinas, agua potable ni refugio, según organizaciones internacionales. La ONU estima en más de 55.000 los muertos desde el inicio del conflicto, el 7 de octubre de 2023, y calcula que unos 10.000 podrían estar aún desaparecidos bajo los escombros. Se estima que dos tercios de los fallecidos son mujeres y menores.
Testimonios desde el terreno confirman que la población acude desesperada a los puntos de reparto. “Nos dispararon desde drones cuando intentábamos buscar comida”, relató Issam Wahdam, cuyo hermano murió en uno de los ataques recientes, en declaraciones a Al Jazeera. “Nunca habíamos vivido algo así”, dijo.
En paralelo, Israel impuso una prohibición de entrada por 100 años a los miembros de una flotilla de ayuda humanitaria que intentaba alcanzar Gaza por mar. La europarlamentaria franco-palestina Rima Hassan y otros activistas han denunciado condiciones inhumanas de detención tras su captura en aguas internacionales.
La tragedia que enluta nuevamente a Gaza ilustra el creciente deterioro de la situación civil en medio del conflicto prolongado. Mientras los bombardeos continúan y los puntos de distribución de ayuda se convierten en zonas de muerte, la comunidad internacional vuelve a quedar interpelada ante la urgencia de una solución humanitaria y política al conflicto.