Denuncias por irregularidades en el puente internacional de Rumichaca alertan sobre estafas, informalidad y ausencia de control

Viajeros frecuentes y trabajadores del sector fronterizo entre Colombia y Ecuador advierten sobre un ambiente de inseguridad creciente, en el que operan cambistas informales, se reportan presuntas complicidades y se cuestiona la escasa presencia de autoridades.

El puente internacional de Rumichaca, ubicado en la frontera entre Colombia y Ecuador, ha sido objeto de múltiples denuncias por parte de turistas, migrantes y trabajadores del sector, quienes aseguran ser víctimas constantes de estafas, corrupción y abandono institucional. La zona, por donde transitan miles de personas cada semana, enfrenta una creciente preocupación por la falta de regulación en actividades como el cambio de divisas.

Uno de los testimonios más recientes corresponde al del turista bogotano Carlos Gómez, quien relató haber cambiado 300 dólares y recibido una suma considerablemente inferior a la esperada en pesos colombianos. “Me di cuenta tarde, ya en el terminal. Cuando regresé a reclamar, uno de los cambistas me insultó y me dijo que era culpa mía por no saber hacer la cuenta”, señaló.

Según trabajadores del área, en el punto conocido como “el chorro”, operan diariamente entre 15 y 20 cambistas informales que no pertenecen a organizaciones legales ni están debidamente registrados. Una de las fuentes, que pidió mantener su identidad en reserva, aseguró que todos los cambistas que trabajan en ese lugar han tenido algún tipo de conflicto con viajeros. “No hay uno que sea sano. Todos han tenido problemas con turistas”, indicó.

Las denuncias también apuntan a una posible colaboración entre ciertos taxistas y miembros de la fuerza pública, quienes —según versiones recogidas en el lugar— alertan a los cambistas o delincuentes sobre personas que transportan sumas importantes de dinero. “Los interceptan más adelante y les quitan todo. Luego se reparten la plata entre ellos”, dijo un trabajador del sector que prefirió no revelar su identidad.

Además, se han reportado casos en los que ciudadanos extranjeros, en especial migrantes provenientes de Asia, son blanco frecuente de estas prácticas debido a las barreras idiomáticas y a su desconocimiento del contexto local. Un cambista que asegura operar legalmente en el sector mencionó que “los taxistas los entregan a la policía, y los roban sin problema”, refiriéndose a migrantes chinos que cruzan por la frontera rumbo a Estados Unidos.

Otro punto que ha generado inquietud es la aparente diferencia entre el control ejercido por las autoridades colombianas y ecuatorianas. Mientras que del lado ecuatoriano se evidencia una presencia policial visible y permanente, del lado colombiano las denuncias hablan de una vigilancia intermitente y una respuesta institucional limitada ante los hechos que se presentan a plena luz del día.

A pesar de la gravedad de los testimonios, no se han reportado pronunciamientos oficiales recientes por parte de las autoridades locales, regionales o nacionales sobre las condiciones en Rumichaca. Mientras tanto, usuarios frecuentes del paso fronterizo continúan expresando su preocupación ante una situación que, según afirman, afecta la imagen del país y pone en riesgo a quienes cruzan por este importante corredor internacional.




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