Intensos enfrentamientos del Ejército con las disidencias de las FARC

En una operación militar de gran envergadura, tropas del Ejército Nacional de Colombia desmantelaron un complejo de procesamiento de drogas en el municipio de Cumbitara, Nariño. Durante el operativo, desarrollado en la vereda La Espiga, dos helicópteros Black Hawk fueron atacados, resultando muerto un soldado y cuatro uniformados heridos. La acción, parte del plan Ayacucho Plus y de la operación Macedón, evidencia los altos riesgos que enfrentan las fuerzas militares en su lucha contra las estructuras ilegales que dominan esta zona estratégica de frontera.

Tropas de la Brigada contra el Narcotráfico del Ejército Nacional, con apoyo de la Fuerza de Despliegue Rápido de la Tercera División, ejecutaron una operación militar en la vereda La Espiga, en el municipio de Cumbitara, que culminó con la destrucción de un megalaboratorio de pasta base de coca atribuido al frente Franco Benavides, una de las disidencias más activas de las extintas FARC. Según información oficial, este complejo clandestino tenía capacidad para producir entre seis y ocho toneladas mensuales de alcaloide, convirtiéndose en una pieza para el tráfico de drogas hacia Ecuador y, posteriormente, mercados internacionales.

Durante el ingreso de las tropas al área, se registraron intensos combates con miembros del grupo armado ilegal. En medio de los enfrentamientos, un helicóptero UH-60 Black Hawk que realizaba labores de evacuación fue impactado por siete disparos de arma de fuego mientras extraía a un sargento herido. A bordo viajaban otros siete uniformados. La aeronave, identificada con matrícula EJC-2157, logró despegar y aterrizar en el aeropuerto de Chachagüí, donde fue inspeccionada y se confirmó que, pese a los múltiples daños sufridos, pudo cumplir exitosamente su misión de rescate.

 

 

 

 

 

Soldado Profesional, Manuel Maestre, muerto en el operativo

Horas más tarde, otro helicóptero de la operación fue atacado, provocando la muerte de un soldado y dejando heridos a otros cuatro militares. Según el informe técnico, los proyectiles impactaron en zonas críticas como el cono de cola, el estabilizador derecho, la ventana del tripulante y la rueda del tren de aterrizaje, sin comprometer la integridad estructural del aparato ni causar más víctimas entre su tripulación.

El operativo en Cumbitara se enmarca en una ofensiva más amplia del Estado colombiano. 

Helicoptero impactado

La destrucción del laboratorio en Cumbitara representa una victoria operativa, pero al costo de una nueva pérdida en las filas del Ejército. La ofensiva militar continúa, mientras las autoridades reafirman su compromiso con la seguridad en las zonas más golpeadas por el conflicto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *