El gobierno de Israel también mata de hambre, la otra cara del horror en Gaza

Mientras continúan los bombardeos sobre la Franja, crece una crisis humanitaria devastadora: ya han muerto más de 50 niños por inanición, y la ayuda internacional sigue retenida en las fronteras por decisión del Gobierno de Israel. El hambre se convierte en arma de guerra..

La espiral de violencia en Gaza no solo ha cobrado más de 53.000 vidas por ataques militares, según cifras extraoficiales, sino que ahora suma un nuevo horror, la muerte por hambre. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que al menos 57 niños han fallecido por desnutrición en las últimas semanas, mientras que más de 71.000 menores de cinco años están en riesgo inminente de sufrir desnutrición aguda.

La causa es directa es el bloqueo que impide la entrada de ayuda humanitaria, una acción que vulnera el derecho internacional y que ha convertido las colas para recibir alimentos en retratos desgarradores de desesperación. A la ruina total que ya enfrentaba la población gazatí se le suma ahora una hambruna fabricada. Según la OMS, incluso si se reanuda la ayuda de inmediato, el daño a la salud de toda una generación será irreversible.

Esta catástrofe humanitaria ocurre en medio del recrudecimiento del ataque impuesto por Israel a la Franja. Más de 180 personas murieron en solo dos días de bombardeos recientes, uno de los cuales impactó directamente en un hospital. Desde el 18 de marzo, cuando el primer ministro Benjamín Netanyahu rompió el alto el fuego con Hamás, el conflicto ha escalado hacia un escenario de ocupación total de Gaza, en lo que ya muchos describen como un intento de anexión territorial sin disimulo.

La privación de alimentos y agua, sumada a los bombardeos indiscriminados, está llevando a la Franja al borde de una limpieza étnica. Si bien el término “genocidio” tiene un peso legal que debe usarse con cautela, la magnitud del sufrimiento causado por esta operación militar masiva está forzando incluso a gobiernos aliados de Israel a replantear su posición. La expresión “Estado genocida”, utilizada esta semana en el Congreso español por el propio presidente del Gobierno, refleja una indignación internacional que ya no puede seguir contenida.

Gobiernos como el de Francia, España e incluso Estados Unidos han comenzado a elevar el tono. Emmanuel Macron advirtió que el silencio frente a lo que ocurre en Gaza erosiona la credibilidad europea sobre conflictos como el de Ucrania. Pedro Sánchez, por su parte, intenta formar un bloque diplomático que exija el fin del cerco humanitario. Incluso Donald Trump, quien en el pasado fue cercano a Netanyahu, evitó visitar Israel durante su gira por Oriente Próximo, y ahora, según fuentes diplomáticas, se muestra inquieto ante el impacto internacional que puede tener la imagen de niños muriendo de hambre.

Lo cierto es que Netanyahu ha desdibujado los límites morales de la comunidad internacional respecto a Israel. Las acciones de su Gobierno están minando décadas de apoyo diplomático y han abierto un debate urgente: ¿hasta cuándo seguirá siendo tolerable una guerra que no solo se libra con bombas, sino también con el hambre como herramienta de exterminio? La respuesta, cada día que pasa, parece más inevitable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *