Mientras el grupo armado Comandos de la Frontera desmiente su implicación en la emboscada que dejó 11 militares muertos en Orellana, Ecuador despidió con honores a sus soldados caídos. El caso, investigado como terrorismo, enciende las alarmas en la frontera amazónica.
La emboscada que el pasado 9 de mayo cobró la vida de once militares ecuatorianos en Alto Punino, provincia de Orellana, sigue generando repercusiones a nivel nacional e internacional. Mientras las autoridades de Ecuador investigan los hechos como un acto de terrorismo, el grupo armado Comandos de la Frontera, señalado inicialmente como presunto responsable, emitió un comunicado negando cualquier implicación en el ataque.
Desde las montañas del sur y occidente de Colombia, esta organización insurgente —adscrita a la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CN-EB)— rechazó los señalamientos del Ejército ecuatoriano y aseguró mantener un cese unilateral del fuego. “No desarrollamos acciones ofensivas contra las fuerzas militares colombianas ni de países vecinos”, afirmaron, deslizando que estructuras criminales locales como los Choneros, Lobos o Tiguerones podrían estar detrás del crimen.
Comandos de la Frontera destacó además su participación en los diálogos de paz con el gobierno del presidente Gustavo Petro y reiteró su compromiso de no llevar a cabo actividades militares fuera de territorio colombiano. “Lamentamos profundamente estos hechos que enlutan al pueblo ecuatoriano”, concluyeron.
Mientras tanto, la noche del sábado 10 de mayo, los cuerpos de los 11 militares fueron trasladados a Quito, donde recibieron un homenaje póstumo en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro. La ceremonia estuvo marcada por el dolor de familiares, compañeros de armas y autoridades.
Entre los fallecidos figuran los tenientes José Luis Iza Sánchez y Jorge Alexander Andrade Bastidas, ambos formados en operaciones especiales, paracaidismo y medicina táctica. A ellos se suman seis cabos de Infantería y Caballería Blindada, el sargento segundo Héctor Marcelo Mullo Bravo —experto en desminado— y el joven soldado de sanidad Marlon Rodrigo Guamushig Reysancho, recién graduado en 2024.
Quito, 11 de mayo de 2025. Misa de cuerpo presente en la ESMIL de los soldados fallecidos en el Alto Punino.
El atentado ha generado conmoción nacional y reabre el debate sobre los desafíos de seguridad en la frontera amazónica, donde confluyen redes del crimen organizado, narcotráfico y presencia de grupos armados irregulares. Las familias de los soldados caídos claman por justicia y la sociedad ecuatoriana exige una respuesta contundente del Estado frente a esta tragedia.
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