Familia busca a joven desaparecida desde hace cuatro años

Una familia nariñense continúa en la búsqueda de Mónica, una joven de quien no se tiene información desde hace aproximadamente cuatro años. El último registro de su paradero la ubica en el corregimiento de Montañitas, jurisdicción de Llorente, acompañada de un hombre identificado como Cristian Andrés Hernández.

Desde hace cuatro años, una familia del departamento de Nariño ha vivido en la incertidumbre por la desaparición de Mónica, una mujer que fue vista por última vez en el corregimiento de Montañitas, zona rural de Llorente, en el municipio de Tumaco. De acuerdo con el testimonio enviado por uno de sus familiares, la última información que se tiene sobre su paradero la relaciona con un hombre llamado Cristian Andrés Hernández, con quien se encontraba al momento de su desaparición.

Según el relato, Mónica no ha dado señales de vida desde entonces, y sus seres queridos no han recibido ningún tipo de comunicación ni han logrado establecer contacto. La familia ha difundido su historia a través de diferentes medios de comunicación y redes sociales, con la esperanza de obtener información que permita conocer su situación actual o su posible ubicación.

Montañitas es una zona rural que, debido a su ubicación geográfica y complejidades sociales, ha presentado desafíos en términos de conectividad y acceso a la información. Estos factores han dificultado el seguimiento del caso por parte de las autoridades y de la propia familia, que ha recurrido a redes comunitarias y voluntarios para ampliar la búsqueda.

Hasta el momento, no se han emitido informes oficiales sobre la apertura de una investigación formal, aunque el llamado de la familia sigue vigente. En su mensaje, los allegados de Mónica reiteran su solicitud a la ciudadanía para que, en caso de tener información sobre su paradero, se comunique con ellos o con las autoridades competentes.

El caso pone de manifiesto la importancia de fortalecer los mecanismos de búsqueda de personas desaparecidas en zonas rurales y periféricas, donde los procesos de denuncia y seguimiento pueden enfrentar mayores dificultades logísticas.

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