Una comerciante fue retirada de su local tras no poder pagar el canon de arrendamiento, en medio de quejas por la creciente informalidad y la ocupación del espacio público fuera del recinto.
Una usuaria de la plaza de mercado del centro de Pasto manifestó su inconformidad por haber sido retirada de su puesto de venta tras no lograr cubrir el valor del arrendamiento mensual. Según su relato, las condiciones comerciales al interior del recinto se han vuelto insostenibles debido a la presencia creciente de vendedores informales ubicados en el espacio público adyacente, lo que ha reducido considerablemente su volumen de ventas diario.
La comerciante aseguró que, pese a contar con un punto legalmente asignado dentro de la plaza y estar dispuesta a cumplir con sus obligaciones, la baja afluencia de compradores en su área no le permitió generar los ingresos suficientes para cumplir con el pago exigido. El desalojo fue ejecutado por decisión de la administración de la plaza, encabezada por la Dirección de Plazas de Mercado del municipio.
Hasta el momento, la Dirección no ha emitido un comunicado oficial sobre el caso. Sin embargo, el hecho ha suscitado reacciones en algunos sectores del comercio formal, que han reiterado la necesidad de equilibrar las condiciones entre vendedores autorizados e informales. La situación se enmarca en un contexto más amplio de debate sobre la regulación del espacio público, el acceso equitativo a oportunidades comerciales y la sostenibilidad del comercio formal en la ciudad.