A 30 minutos de Pasto, la capital de Nariño, se encuentra una laguna de aguas oscuras que emerge de la caldera extinta del volcán Galeras, un lugar de belleza singular y ambiente místico que cautiva a quienes visitan esta región del sur de Colombia.
La Laguna Negra, también conocida como Coba Negra, está situada a unos 4.000 metros sobre el nivel del mar, en una zona remota y poco explorada que ofrece un contacto directo con la naturaleza en su estado más puro. Este cuerpo de agua se forma en la antigua boca del volcán Galeras, lo que le otorga un entorno volcánico y geológicamente único.
Con una temperatura promedio de alrededor de 9 grados centígrados, esta laguna destaca por sus aguas profundas y oscuras, que contrastan con el paisaje montañoso que la rodea. Su ubicación y condiciones climáticas hacen de este sitio un destino idóneo para quienes buscan tranquilidad, introspección y una conexión con el silencio y la inmensidad natural.
A diferencia de la Laguna Negra del Guaviare, más conocida por sus delfines y actividades recreativas como el snorkel y el velerismo, la laguna nariñense es un espacio más aislado, donde el turismo es limitado y el acceso resulta desafiante. Los visitantes deben recorrer rutas que incluyen caminos poco transitados y enfrentar condiciones físicas y sociales que requieren respeto por el entorno y sus comunidades.
Quienes logran llegar a este paraje natural encuentran un paisaje que parece detenido en el tiempo: aguas negras que reflejan el cielo, un ecosistema volcánico casi irreal y la ausencia de infraestructura turística. En este lugar, el lujo se traduce en la pureza del aire, la serenidad del ambiente y la sensación de encontrarse en un refugio natural casi intacto.