El pontífice reconoció su entrega total a comunidades indígenas en Ecuador como un “ofrecimiento de vida”. Arango murió en 1987, tras ser atacada mientras defendía a pueblos amazónicos. Será la beata número 21 de Colombia.
El Vaticano confirmó que el papa León XIV firmó el decreto que autoriza la beatificación de la religiosa colombiana Inés Arango Velásquez, quien murió en 1987 mientras cumplía labores misioneras en la selva amazónica del Ecuador. La decisión, que marca el primer acto de canonización del nuevo pontífice, reconoce la entrega radical de la monja a los pueblos indígenas aislados, bajo el camino del “ofrecimiento de la vida”, una figura establecida por el papa Francisco en 2017.
Nacida en Medellín en 1937, Arango fue la penúltima de doce hermanos en una familia profundamente católica del barrio Belén. Desde joven mostró una fe fervorosa y, a los 17 años, ingresó a la Congregación de las Terciarias Capuchinas, al igual que sus hermanas Fabiola y Cecilia. Su vocación la llevó a dedicar su vida al servicio de poblaciones vulnerables y, después de décadas de espera, fue enviada a Ecuador como misionera en 1977.
Allí, en lo más profundo de la selva amazónica, aprendió dialectos locales, convivió con comunidades indígenas y se convirtió en defensora de sus derechos y territorios. Su trabajo evangelizador y de protección cultural la llevó a tener un papel destacado junto al obispo español Alejandro Labaka, también próximo a ser beatificado.
En julio de 1987, mientras realizaban una misión de acercamiento con la comunidad tagaeri-taromenane, ambos fueron atacados. Según reportes, fueron confundidos con emisarios de una petrolera que amenazaba los territorios indígenas. Inés Arango y Labaka murieron tras recibir múltiples lanzamientos de lanzas y flechas.
El Vaticano considera su muerte como un acto libre y voluntario de entrega, cumplido sin odio ni violencia, en defensa de otros. La Congregación de las Terciarias Capuchinas resaltó su valentía, su fe encarnada en la acción y su rebeldía ante la indiferencia. “Heredó una energía poco común, que puso al servicio de los más olvidados”, señalaron.
El papa León XIV, al aprobar el decreto, reconoció el valor espiritual de su martirio no convencional y dio luz verde para su beatificación, que la convertirá en la beata número 21 de Colombia. Solo una mujer colombiana ha sido canonizada: santa Laura Montoya, también nacida en Antioquia y fundadora de la Congregación Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena.
Con esta decisión, el Vaticano no solo rinde homenaje a la vida y obra de Inés Arango, sino que resalta la misión de la Iglesia en las periferias del mundo y en la defensa de los pueblos originarios. Su legado, arraigado en la fe, el servicio y la interculturalidad, ahora queda inscrito en la historia universal del catolicismo.