Asesinato de líder social en Cauca apunta a disidencias armadas

Luis Alberto Peña, militante del Pacto Histórico y reconocido defensor comunitario en Miranda, fue asesinado el 1 de mayo mientras promovía movilizaciones sociales. Investigaciones apuntan a las disidencias de las Farc como autoras del crimen. La violencia contra líderes no cesa en el departamento.

El asesinato de Luis Alberto Peña, líder social y político en el norte del Cauca, ha desatado una tormenta política y social en el país.

Peña fue baleado a plena luz del día en Miranda, Cauca, el pasado 1 de mayo, mientras hacía perifoneo invitando a participar en las marchas convocadas por la reforma laboral.

Su muerte fue atribuida públicamente por el presidente Gustavo Petro a la negativa de algunos congresistas de avanzar con el proyecto de ley en el Congreso, señalando directamente al senador Miguel Ángel Pinto como uno de los responsables políticos del hecho.

“Alberto es el primer muerto gracias a las decisiones de ese Congreso”, dijo Petro en un encendido discurso, añadiendo que, aunque no hubo una orden directa, “la sangre de Alberto lo ensucia a usted y su familia”. Más tarde, el mandatario exigió a la Policía capturar a los responsables, denunciando que detrás del crimen estarían “bandas armadas del narcotráfico extranjero”.

No obstante, las primeras hipótesis de la investigación apuntan a las disidencias de las Farc —específicamente a la columna móvil ‘Dagoberto Ramos’ y al frente 57 ‘Yair Bermúdez’— como responsables del atentado. Ambas estructuras hacen presencia en esa región del Cauca, donde han intensificado sus acciones armadas y el control territorial.

Luis Alberto Peña, líder social y político en el norte del Cauca el 1 de Mayo.

Peña era ampliamente reconocido por su labor comunitaria. Pertenecía a la Asociación pro constitución Zona de Reserva Campesina de Miranda, a Fensuagro, a la Marcha Patriótica y al Pacto Histórico. Su compromiso con el deporte, el trabajo social y los derechos campesinos lo convertía en una figura visible y respetada.

El crimen ocurrió en el sector de ‘Calle Mocha’ del barrio San Antonio, cuando dos hombres armados lo interceptaron y dispararon a quemarropa. El hecho causó conmoción entre la comunidad, que desde entonces teme represalias y mantiene la zozobra ante el creciente deterioro de la seguridad.

El alcalde de Miranda, Walter Zúñiga, reveló que el municipio ya suma 21 homicidios en lo corrido de 2025, igualando la cifra de todo el año anterior. El mandatario local reconoció que la presencia de grupos ilegales ha desencadenado una ola de señalamientos, amenazas y atentados que afectan a líderes y ciudadanos por igual. Él mismo perdió a un familiar en medio de esta espiral de violencia.

La familia de Luis Alberto Peña rechaza los rumores que lo vinculan con grupos armados y sostiene que su único interés era el bienestar de su comunidad. “Él andaba en todo el pueblo sin temor alguno”, dijo su hermano Abelardo, asegurando que fue asesinado por su papel como vocero social. “Esperaron que fuera a alzar la bandera de la paz para quitarle la vida”, agregó.

Organizaciones como Indepaz han advertido que 62 líderes sociales han sido asesinados en lo que va de 2025, 16 de ellos en el Cauca, lo que convierte a este departamento en uno de los más peligrosos para el ejercicio del liderazgo político y comunitario.

La investigación, que ahora está en manos de la Dijín de la Policía, podría marcar un precedente no solo en términos judiciales, sino también políticos. La mezcla entre violencia armada, lucha por el control territorial y tensión institucional vuelve a encender las alarmas sobre los desafíos de la paz en Colombia.

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