El gobierno colombiano, liderado por el presidente Gustavo Petro, enfrenta una decisión crucial frente a las relaciones con la República Bolivariana de Venezuela. Mientras diversos sectores políticos de derecha extrema y moderada reclaman abstenerse de enviar representación oficial a la posesión de Nicolás Maduro el próximo 10 de enero, el presidente colombiano defiende la políca de mantener las relaciones bilaterales como una estrategia decisiva para la estabilidad regional.
Excancilleres, académicos y empresarios, firmaron una carta abierta al presidente Petro, al Congreso y a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, pidiendo reconsiderar la presencia del embajador Milton Rengifo en el acto de investidura. Argumentan que este gesto legitimaría un gobierno chavista.
El gobierno colombiano defiende su decisión de mantener relaciones de Estado a Estado con Venezuela, subrayando la importancia de trabajar en soluciones conjuntas para problemas fronterizos y migratorios. Petro afirmó que romper relaciones diplomáticas sería repetir los errores de administraciones pasadas, lo que agravaron la crisis humanitaria en la frontera de 2.200 kilómetros.
"El destino de Venezuela es de las y los venezolanos. Colombia debe ayudar, si se le invita, a todo esfuerzo de diálogo y de construcción democrática y pacífica", señaló el mandatario.
A su vez, la Asamblea Nacional de Venezuela declaró personas no gratas a nueve expresidentes latinoamericanos, entre ellos Andrés Pastrana (expresidente, hijo del presidente Misael Pastrana a quien se acusa de haber llegado al gobierno con fraude contra Rojas Pinilla) por su apoyo al líder opositor Edmundo González Urrutia, quien reclama la presidencia.