La esperada adaptación de Cien años de soledad llega a Netflix, generando opiniones divididas entre críticos y lectores de la obra de Gabriel García Márquez. La serie consta de dieciséis capítulos y aborda el universo de los Buendía y el mítico Macondo, llevando por primera vez al lenguaje audiovisual la narrativa del Nobel colombiano.
Desde su concepción, esta producción enfrentó grandes desafíos. La familia de García Márquez, quien en vida expresó su renuencia a que la novela fuera adaptada, estableció condiciones: la serie debía ser producida en español, filmada en Colombia y contar con un equipo mayoritariamente latinoamericano. Estas premisas marcaron el rumbo de una adaptación que aspira a capturar la esencia poética y mágica de la novela.
Para trasladar al lenguaje audiovisual la complejidad de Cien años de soledad, el equipo creativo reorganizó la narrativa, originalmente no lineal, para facilitar su comprensión. Además, se incluyó un narrador que recita fragmentos significativos del libro, un recurso destinado a preservar el carácter poético de la obra.
Otro desafío fue la construcción de los diálogos, que en la novela son escasos pero profundamente significativos. Los guionistas trabajaron para crear parlamentos que respetaran la esencia de los personajes sin caer en excesos verbales.
Para el público y los críticos, Cien años de soledad en Netflix es más que una adaptación; es una carta de amor al país y a su autor más universal.