En el corregimiento de Mocondino, ubicado en la zona rural de Pasto, se presentó un preocupante incidente en el que un presunto ladrón sufrió un castigo físico a manos de los habitantes del lugar. Según testimonios de testigos, el hombre fue sorprendido intentando robar objetos en la comunidad, lo que desató la ira de los ciudadanos. En un acto que no se puede justificar, según vecinos que presenciaban los hechos, personas decidieron aplicar una "venganza" extrema: rociaron combustible sobre su cuerpo y amenazaron con prenderle fuego. A pesar de los intentos del hombre de pedir ayuda y mostrar arrepentimiento, los ciudadanos no mostraron piedad y, aunque la víctima logró sobrevivir, su motocicleta fue incendiada como señal de repudio.
Este tipo de conductas, aunque puedan ser comprendidas en el contexto de la frustración y la inseguridad, deben ser rechazadas rotundamente. La violencia nunca es la solución. Si bien es cierto que muchas comunidades rurales enfrentan desafíos relacionados con la delincuencia, las autoridades deben ser las encargadas de garantizar la seguridad, el orden y el respeto a los derechos humanos. Los ciudadanos tienen derecho a sentirse protegidos, pero la manera en que respondemos a situaciones de inseguridad no puede implicar agresiones físicas o maltrato a otros seres humanos.
Las autoridades locales deben estar mejor preparadas para brindar seguridad y confianza a los habitantes. Este tipo de reacciones por parte de la comunidad sólo perpetúan un ciclo de violencia y afectan tanto a la víctima como a los agresores, quienes, al caer en estas prácticas, también son responsables de violar los principios de convivencia y de respeto por la vida.
Los medios de comunicación tenemos una responsabilidad social fundamental: no difundir prácticas de odio ni incitar a la violencia. Aunque el tema pueda generar titulares sensacionalistas, debemos ser conscientes de las repercusiones que nuestras palabras y reportajes pueden tener en la sociedad. En lugar de glorificar respuestas violentas y hacer comentarios burlescos debemos abogar por soluciones pacíficas, que promuevan el diálogo, el respeto por la ley y la protección de los derechos humanos de todas las personas.
El caso quedo en manos de las autoridades y el sujeto que presuntamente cometió un hurto, recibe atención médica.