El pueblo Kofán, originario de la selva amazónica y guardián del territorio en la frontera entre Colombia y Ecuador, ha sufrido durante décadas los flagelos del conflicto armado. La radicación de esta demanda es un paso crucial hacia la recuperación de sus derechos y tierras ancestrales.
La Unidad de Restitución de Tierras (URT), a través de su Dirección Territorial Nariño y su Dirección de Asuntos Étnicos (DAE), presentó ante el Juzgado Primero de Restitución de Tierras de Pasto una demanda para el restablecimiento de los derechos étnico-territoriales del Resguardo Indígena Ukumari Kankhe, perteneciente al pueblo Kofán y ubicado en el municipio de Ipiales.
El territorio inscrito en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente abarca 49.715 hectáreas y 1.122 metros cuadrados, pertenecientes a 121 indígenas Kofanes. La radicación de esta demanda constituye un avance significativo en la recuperación de su territorio ancestral y en la reparación de los impactos sufridos por la comunidad.
El equipo étnico identificó las afectaciones territoriales, que incluyen graves daños culturales, espirituales y ambientales ocasionados por el abandono del territorio, la presencia de cultivos ilícitos, fumigaciones aéreas, atentados contra la infraestructura del Oleoducto Trasandino (OTA) y actividades de la industria petrolera. Además, la incursión de grupos armados ha agravado la deforestación, comprometiendo los recursos naturales y el gobierno propio de esta comunidad.
María Estefany Checa Narváez, directora territorial de la URT en Nariño, resaltó la trascendencia de este proceso: "esta demanda refleja nuestro compromiso con la defensa de los derechos territoriales de las comunidades indígenas. El resguardo Ukumari Kankhe tiene una relevancia espiritual única, ya que perteneció al taita Querubín Queta Alvarado, quien lideró la recuperación del territorio. Este proceso busca reivindicar los derechos del pueblo Kofán y aportar a su fortalecimiento como comunidad."
Por su parte, Víctor Quenama Queta, director de la Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildos Indígenas AMPII CANKE, expresó: "nuestro resguardo es el legado de mi tío, el taita Querubín, quien aunque no está físicamente, sigue presente espiritualmente. Como descendientes, debemos continuar su lucha mediante el diálogo pacífico y seguir el plan de vida que él nos dejó. Es una herramienta fundamental para avanzar en nuestros procesos como pueblos originarios”.