09/09/2024

Pasto | Se conmemoran 460 años de valentía y resistencia

Se conmemoró la conspiración y ejecución de Don Gonzalo Rodríguez, el criollo pastuso que desafió con coraje la autoridad colonial.

Recordamos su rebeldía e inobediencia en Ingapamba, el 24 de mayo de 1564.

Ciertamente el nombre de Gonzalo Rodríguez permaneció por muchos años perdido en las penumbras de la historia, poco o nada se conocía de su gesta libertaria en suelo americano.

Sobre este personaje místico y misterioso intelectuales como Ignacio Rodríguez Guerrero opina que, dada la FÉRREA personalidad de Don Gonzalo, su carácter visionario y su capacidad militar e intelectual y ante el arribo de los invasores europeos a suelo americano, lo mismo que su indignación ante el saqueo y el sometimiento violento a los propios de esta región, decide en compañía de otros personajes de otras latitudes sublevarse contra el imperio español organizando un pequeño ejército, “Para él (Don Gonzalo), la solución única de las aventuras de estos pueblos de América, consistía en que asumieran la totalidad de su independencia política de la metrópoli, sin conservar nexo alguno con el monarca. Y eso sólo se conseguiría mediante una revolución, apoyada por la fuerza de las armas, ya que no era cuerdo esperar a que el gobierno peninsular, ni sus aprovechados agentes en las colonias de América, abdicasen de sus prerrogativas y pretensiones por un acto de generosa voluntad. Por lo que, persuadido de ello, obraba en consecuencia”.

De acuerdo a documentos y testimonios, se sabe que en 1564 Don Gonzalo Rodríguez emprende su última y titánica lucha: “Entre insomnios y fiebres, cree Don Gonzalo que la Semana Santa de 1.564 –con sus ritos e inciensos- es la ocasión adecuada para dar el zarpazo definitivo”, lejos estaba el caudillo de imaginar que entre sus mismos colaboradores se escondía la traición, pues mientras Don Gonzalo “espera la llegada de soldados y pertrechos, los delatores frustran sus intenciones”.

Se sabe que fue un herrero de apellido Muñoz quien revela a las autoridades, en espera de una recompensa, los planes de este coloso americano. Se conocen entonces los nexos con Quito, Cali, Popayán y Perú y se procede a detener al criollo que osa enfrentarse a la corona española, a quien se tortura en el ánimo de arrancarle nombres y cómplices sin lograrlo. Se procede entonces a juzgarlo y “la ejecución de Don Gonzalo Rodríguez se verificó el mismo 24 de mayo, por orden expresa de los Alcaldes de Pasto”.

Así relata Alberto Quijano Guerrero la ejecución de “El Precursor de Precursores”: “En la mañana del miércoles, veinticuatro de mayo de mil quinientos sesenta y cuatro, el prisionero es conducido a la parte central de la plazoleta de Rumipamba, donde se levanta el rollo o la picota de la justicia.

Hay griterío creciente, se escuchan algunas voces de protesta. Al estruendo de parches y timbales, el pregonero anuncia que va a ejecutarse a Gonzalo Rodríguez, por grave desacato a la Corona Española y por incitación al motín y al desorden. El reo no se inmuta. Su silencio es agresivo y contempla con desprecio el espectáculo infamante. En atención a su rango, se ordena cortarle la cabeza y descuartizar su cuerpo. Y en tanto que el verdugo cae sobre la víctima, con la voracidad de las aves de rapiña, se apagan en sus ojos los sueños de emancipación, ante los aliados que no llegan y la muerte que triunfa. Para mayor sevicia, se dispone derruir la casa de Rodríguez y “sembrarla de sal”.