Las intensas lluvias que azotaron Porto Alegre durante cuatro días han desencadenado una crisis sin precedentes en la ciudad brasileña. El desbordamiento del río Guaíba, provocado por la concentración de precipitaciones, ha sumido a la urbe en una situación desoladora, dejándola prácticamente sin agua, electricidad ni suministros.
El desborde del río Guaíba ha sido la principal causa de esta emergencia. El agua subió rápidamente y su retirada se presenta como un desafío prolongado. La ciudad ha quedado sumergida desde el viernes pasado, y las últimas inundaciones afectaron dos barrios adicionales del centro: Cidade Baixa y Menino Deus. Estos eventos obligaron a la evacuación de cientos de residentes, así como de los huéspedes de los hoteles ubicados en la zona.
Según informó el alcalde de Porto Alegre, Sebastião Melo, en una conferencia de prensa, la desconexión de una bomba de drenaje, por recomendación de la compañía eléctrica para evitar cortocircuitos, desencadenó la última inundación. El río Guaíba alcanzó su punto máximo el domingo, registrando un nivel histórico de 5,31 metros, más de dos metros por encima del nivel de desbordamiento habitual.
El panorama en Porto Alegre es desolador y no se vislumbra una pronta mejoría. La ciudad enfrenta una situación crítica, con enormes desafíos logísticos y humanitarios por delante para recuperarse de este desastre natural.